«Los títulos de los libros de Schweblin —El núcleo del disturbio, Pájaros en la boca, Distancia de rescate, Siete casas vacías, Kentukis— llaman la atención, sea por el fraseo o por la imagen inesperada que suscitan. Son pequeños sacudones de extrañeza» (Carlos Brescia, «Samanta Schweblin, la excavadora de historias»).
Así que sigamos contando esa extrañeza.
Siete casas vacías, su siguiente libro de cuentos, recibe el premio Narrativa Breve Ribera de Duero en 2015. Es un libro que experimenta con la forma narrativa y donde las relaciones de familia vuelven a situarse en el centro de las historias. La escritora nos invita a entrar en esas casas donde se establecen enlaces insólitos, humorísticos, llenos de ternura, pero en los que, como señala Pablo Brescia, debemos hablar de “una sintaxis propia en donde campea el efecto de extrañamiento y, tal vez, cierta maravilla ante la existencia”.
En 2017, Schweblin es incluida en la lista de Bogotá 39 entre los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años. En esa lista había escritores como Mónica Ojeda, Carlos Fonseca, Valeria Luiselli, …
Al año siguiente se publica su segunda novela, Kentukis, una novela en la que lo que bien podríamos entender como un relato de ciencia-ficción, pero que sin embargo es una visión sobre un mundo tecnificado muy parecido al nuestro. ¿Qué son los kentukis? Y dice la autora: ““Algo a medio camino entre un teléfono y un peluche”. Así surgió el título:
Jorge Morla en una entrevista para El País se refiere al contenido de la obra: “la estructura de la novela de Schweblin sigue a diversos personajes a lo largo del mundo: un padre que ve cómo la aparición de un topo de peluche (o quien está detrás) trastoca a su familia, una mujer que a través de su nuevo cuervo comienza a ver a su novio con otros ojos, un hacker que se aprovecha del terreno aún no regulado de los kentukis para ofrecer experiencias a la carta” (Jorge MORLA, Samanta Schweblin: “El mal no es la tecnología; es quien está al otro lado”, El País, 25 de octubre de 2018).
El sábado 5 de octubre se acerca y nos encontraremos con la autora para saber si la Distancia de rescate es la adecuada. ¡Nos os lo perdáis!
Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978 y ha sido considerada como una de las mejores escritoras latinoamericanas de cuentos de su generación. Pero, ¿a qué generación pertenece? Cuenta el profesor universitario y escritor Pablo Brescia -de quien hemos tomado la imagen de Schweblin como “excavadora de historias”- que la conoció en una antología publicada en Buenos Aires en 2005, La joven guardia: “El libro reunía a los escritores en aquel momento “jóvenes” que, nacidos después de 1970, se encontraron, con veinte o treinta años, asfixiados por la debacle económica y política argentina de diciembre del 2001” (Pablo BRESCIA, “Samanta Schweblin, la excavadora de historias”, febrero de 2019, en Latin America Literature Today ).
Su generación se ve marcada por el triunfo del neoliberalismo de la década de los 90 del siglo XX y recibe el nombre sugerido por la crítica de 00 o NNA, es decir, Nueva Narrativa Argentina. Según Brescia era un conjunto de narradores “que rehusaba integrarse en un colectivo o formar parte de algún círculo literario y que asistía, seguramente con la boca abierta, a un colapso histórico y a un panorama editorial inédito”.
En esa aparición antológica, Schweblin ya se manifiesta como una gran cuentista y no en vano en 2001 ganará el primer premio del Fondo Nacional de las Artes con el libro de cuentos El núcleo del disturbio. Su relato “Hacia la alegre civilización de la capital” recibe el premio del Concurso Nacional Haroldo Conti.
Sandra Gasparini, en el artículo que le dedicó al libro en el dosier de Latin American Literature Today se pregunta dónde está ese núcleo y cuál es el disturbio al que se refiere. “Y si hay un núcleo hay una periferia, tanto como que si hay disturbio hay un orden resquebrajado”. En este libro, la autora ya muestra el cuidado y la perfección con la que construye sus historias. En ellas todo va encajando como si cada una de las piezas tuviera que desembocar necesariamente hacia ese final. Sin embargo, los finales nos sitúan ante la duda, ante el asombro y ante la incomodidad que genera una reelaboración de la realidad. Lo fantástico aquí ya aparece como sinónimo de lo normal.
En 2009, publica el segundo libro de cuentos, Pájaros en la boca, y obtiene el Premio Casa de las Américas en Cuba. Es un libro que ya tiene muchísimo éxito sobre todo si consideramos las más de catorce lenguas a las que fue traducido. Es un libro que sitúa a la autora en una larga tradición de escritoras argentinas del siglo XX y XXI que cultivan con maestría el género: Silvina Ocampo, Sara Gallardo, Ana María Shua, Hebe Uhart, Liliana Heker, Gabriela Bejerman o Angélica Gorodischer.
Tal y como afirma Lucía de Leone, una buena manera de leer el libro es la de establecer vínculos temáticos: “los tópicos recurrentes (maternidades, agenciamientos vinculares, la enfermedad física y mental, gradaciones de la violencia y la crueldad, las intervenciones seudocientíficas sobre las anatomías humanas, la puesta en crisis de lo humano y lo animal), las extrañas ambientaciones que, salvo contadas excepciones, no son ubicables en topografías con referencias conocidas (desde rutas perdidas, pueblos costeros fantasmales y ciudades no identificables, hasta llanos, valles, jardines incrustados en casas urbanas, zonas de fronteras y biomas atípicos al territorio nacional argentino como las estepas), y los modos de narrar, que muchas veces ponen en cuestionamiento las temporalidades y los niveles de significación del relato”.
En este vídeo la autora nos cuenta su libro:
En el año 2010, la revista Granta la elige como una de las mejores escritoras jóvenes hispanas y en 2012 el cuento “Un hombre sin suerte” es galardonado con el prestigioso premio Juan Rulfo que otorga Radio Francia Internacional en París.
El paso del cuento a la novela corta fue un salto natural en la carrera de Schweblin. Cuando publica en 2014 Distancia de rescate sucede un éxito anunciado: recibe el premio Tigre Juan y su traducción al inglés (Fever Dream) es nominada al premio Man Booker International Prize en 2017. El libro, además de la extraordinaria repercusión que supuso para su autora, se rodea de muchas de las inquietudes que ya aparecían en sus relatos anteriores, tal y como le cuenta la escritora a Gisela Hiffes en esta entrevista:
Además, más allá de las altas cualidades literarias de la obra, pone de actualidad el tema que abordamos en nuestro 4Lecturas/4Continentes de este año: la naturaleza y, en esta ocasión, contada como crisis ecológica. Afirma Gisela Hiffes que “Distancia es una novela sobre mutaciones y monstruosidades, sobre un imaginario en el que una discursividad acerca del fin —la muerte prematura, la muerte generalizada, la mutación de chicos en seres deformes, casi fantasmagóricos— como así también la agonía en ciernes sobre ese mismo fin”. El fotógrafo Pablo Ernesto Piovano mostró ese drama desde el ojo de su cámara:
En febrero de 2019, en una conversación con Arthur Dixon, Samanta Schweblin afirmaba: “La literatura es la posibilidad de probar los caminos de nuestras guerras más profundas y volver a la vida real con información vital”.
Tras la repercusión de su primera novela su trabajo cuidadoso continuó desde su refugio de Berlín, pero esa última parte de su trayectoria la dejamos para la siguiente entrada del blog.
“Nada de esto es importante. Estamos perdiendo el tiempo”
(Distancia de rescate)
Esta frase enigmática que repite David en diferentes momentos de la novela nos genera como lectores una sensación inusual, de extrañeza, un tanto ambigua. ¿Qué es, entonces lo importante? Sólo al final Amanda descubre lo que es verdaderamente importante y lo que nos hace desvelar el sentido de las palabras del niño.
Análisis de la novela
Podríamos dividir los contenidos de la obra en cinco partes en donde se va desocultando un contenido en el que la labor de los padres y de las madres en el cuidado de los hijos se muestra con una luz distinta. Para ilustrar lo que nos encontramos en esta más que una nouvelle, nada mejor que escuchar el diálogo entre Samanta Schweblin y Claudia Llosa, la directora encargada de adaptar la novela al cine:
Primera parte
La novela se inicia con el diálogo entre Amanda -protagonista del relato- y David, el hijo de Carla (vecina y amiga de Amanda). Al principio, sin embargo, no tenemos suficientes datos como para conocer la identidad de los intervinientes en el diálogo. David le pregunta a Amanda sobre “el punto exacto en el que nacen los gusanos” y descubrimos que ella se encuentra en la cama, en una habitación oscura en la que no ve nada. El cuerpo no le responde. Es a causa de los gusanos, le explica David. Es el momento de la rememoración del momento en que Carla y Amanda se conocen.
Asistimos en esta parte a la manifestación de todos los temas importantes de la novela: la definición de la distancia de rescate, diferentes ideas respecto a la maternidad, el triunfo de las medicinas alternativas sobre las tradicionales, algunos indicios sobre las causas de la intoxicación de David y cómo se describe una infancia monstruosa.
Segunda parte
En la sala de emergencias Amanda le pregunta a David dónde está Nina. David repite su frase: “eso no es importante”, aunque para ella “eso es lo único importante”. Sin embargo, David quiere que le cuente más cosas sobre la distancia de rescate. Ella le dice que varía con las circunstancias. David le dice que esa distancia es muy importante.
En esta parte se produce una reflexión sobre el significado de la distancia de rescate en el sentido de la maternidad sobreprotectora de Amanda y en su decisión de marcharse al campo. Sabemos que este concepto lo ha heredado de su madre y explica cómo se dan los cuidados en su familia. Pero, hay algo que nos inquieta: “Tarde o temprano algo malo va a suceder”.
Tercer parte
Amanda le cuenta a David cómo ha intentado escapar del pueblo desde la sala médica. Le cuenta cómo intenta disculparse con Carla por haberle gritado, pero David le urge a que se apresure en su relato. Además, le dice a Amanda que haber ido a saludar a Carla ha sido una muy mala idea.
En esta parte se cuenta el momento en que Nina y Amanda se intoxican y David pretende que Amanda descubra nuevos detalles sobre ese hecho. Le pregunta por la distancia de rescate y por las sensaciones de su cuerpo en ese momento. Aquí el vínculo temático recae en la maternidad y en los agrotóxicos. Se produce un cuestionamiento sobre los cuidados posibles frente a una amenaza invisible y sistemática. Esta es la amenaza contada desde el punto de vista periodístico:
Cuarta parte
En esta parte aparece de modo más concreto la insuficiencia de la medicina tradicional, los sentimientos de culpa de las madres y los efectos negativos que los agrotóxicos generan en el ambiente.
Ahora es cuando leemos la llegada de Amanda a la salita de emergencias desde donde se cuenta la historia. Ese es el fin de su trayectoria vital. Allí no hay médico de guardia y la enfermera no logra dar un buen diagnóstico para Amanda y Nina. El tratamiento es totalmente inadecuado. David le dice que “la enfermera es una mujer muy tonta”.
Quinta parte
David le dice a Amanda que la va a empujar: “Yo empujo a los patos, empujo al perro del señor Geser, a los caballos”. Amanda se pregunta por su grado de responsabilidad en lo que ha pasado, se cuestiona sobre si es una mala madre. Finalmente reconoce el momento de la intoxicación: en el césped, al lado de los bidones, frente a la granja de Sotomayor: “fue la distancia de rescate: no funcionó, no vi el peligro”.
El final arroja luz sobre la maternidad, los modos en que los padres se hacen cargo de los hijos y la distancia de rescate. Vemos algunos símbolos muy vinculados: los ojos, el hilo sisal. El relato se cierra con una revelación que nos incita a revisar el sentido de la historia además de producirse una modificación en el narrador.
“Extraño puede ser solamente la frase «eso no es importante» como toda respuesta. Pero si tu hijo nunca antes contestó de esa manera, la cuarta vez que le preguntás por qué no come, o si tiene frío, o lo mandás a la cama, y él responde, casi mordiendo las palabras, como si todavía estuviera aprendiendo a hablar, «eso no es importante», yo te juro Amanda que te tiemblan las piernas”
(Distancia de rescate)
¿Y a quién no, lectores?
Además no podíamos contar con
mamá desde hacía casi dos meses, y
eso también me preocupaba, porque
la que siempre estaba en todo era
mamá, y con ella las cosas salían
bien, hasta que dejó de preocuparse,
así nomás, de un día para el otro.
“Papá”, en Noel duerme en casa, de Samanta Schweblin
La narrativa de Samanta Schweblin puede definirse como femenina (incluso como feminista) por los mundos que abre desde el punto de vista de la mujer. Las diferentes situaciones que aborda, los personajes que crea, las vivencias que desarrolla, la voz narrativa, todos ellos son elementos que contribuyen a crear una imagen en la que la mujer es protagonista. Además, los aspectos y circunstancias de la vida familiar y social que aparecen en sus cuentos y novelas evidencian la importancia del rol femenino en la construcción de sus historias.
En Distancia de rescate asistimos a un proceso de creación y reconstrucción de la voz femenina, “desde sus palabras, sus preguntas, sus silencios, sus pausas, el miedo, el horror, la soledad y la angustia presentes en las relaciones de pareja, la maternidad, la vida conyugal y la familia” (CÁRDENAS SÁNCHEZ, Ninfa Stella y PARRA LONDOÑO, Jorge Iván, “Lo familiar y lo femenino en la narrativa de Samanta Schweblin”, en Cuadernos de Filosofía Latinoamericana ISSN: 0120-8462 | e-ISSN: 2500-5375 | DOI: https://doi.org/10.15332/25005375 Vol. 42 N.º 124 | enero-junio de 2021)
En la siguiente entrevista descubrimos cómo es el proceso de reconocimiento de la literatura femenina y la influencia que tuvo en la evolución de la escritura de Schweblin (a partir de 7’45’’):
Distancia de rescate ocurre en la cabeza de una mujer: una mujer que desde la cama de un hospital dialoga con David, el hijo de Carla, para entender lo que ha pasado durante sus vacaciones. La autora pone orden en el mundo “desde la mirada y la experiencia de lo femenino, a partir de las palabras de Amanda y Carla, que son esposas, madres, trabajadoras y que, frente al miedo y el dolor de la pérdida […], tratan de entender y explicar qué sucede” (CÁRDENAS y PARRA).
Es una novela donde la palabra de los hombres desaparece, no tienen voz, nada pueden decidir. Algo similar sucede en el libro de cuentos Pájaros en la boca. Los hombres no tienen la capacidad de ni siquiera intervenir en la decisión de sus hijos, como en el relato que da nombre al libro y que ha sido adaptado en este cortometraje:
En Distancia… hay una lucha que se da en el ámbito de las mujeres y de sus familias, de la sociedad con la que conviven y que les impone un deber, una forma de estar en el mundo y de comportarse, les dice cómo ser buenas madres. Sin embargo, ellas no pueden, no saben mantener esa distancia que asegura la salvación de los hijos. ¿Es necesario, entonces, romper con la idea de madre que las sociedades establecen? La novela de Schweblin propone que ya no se debe atender tanto al sacrificio, a la negación de sí mismas, a la resignación y sí al miedo, al dolor, a la frustración, a la posibilidad. Nina y Amanda son las encargadas de deconstruir el imaginario de las sociedades patriarcales. En ellas, las mujeres no son felices, sienten miedo, frustración, impotencia.
Ya no hay estereotipos e imaginarios de la idea de maternidad. Hay un reconocimiento a lo largo de la novela de que la maternidad no es fácil y que incluso puede llegar a ser angustiosa, terrible. Esta idea es explícita en el cuento “Conservas”:
La experiencia de la maternidad impone otro ritmo de vida, una nueva manera de mirar, un espacio incierto que como hemos escuchado en el cuento produce un temor, un miedo que puede ser el mismo que conduce a Carla en Distancia a huir, a dejar de luchar por lo que sentía seguro. Es una alejarse para ser sí misma.
¿Cómo analizáis esta experiencia de lo femenino y lo familiar en la lectura de Distancia de rescate?
El origen del proceso creativo de Distancia de rescate está en Berlín, cuando Samanta Schweblin inicia una residencia artística. En un principio, lo que surge del proceso de escritura es un cuento. Sin embargo, posteriormente descubre que tiene que transformar este relato en una novela corta. En 2014 para la publicación Infobae decía: “fue algo que surgió naturalmente, no es que me propuse escribir una novela, más bien estaba trabajando en un cuento que me estaba dando bastantes problemas porque no podía terminar de entender como podía contar una historia como esa y fue mi cabeza de cuentista la que tardó en entender que para contar esa historia como la quería contar necesitaba ciento treinta páginas más”.
La escritora nos cuenta el valor y la importancia del cuento en su apuesta narrativa:
En realidad, la aparición de esta nouvelle revelaba un proceso creativo que llevaba forjándose varios años antes. Para 2014, la escritora argentina ya tenía publicados dos libros de cuentos: El núcleo del disturbio y Pájaros en la boca. En estas obras aparecían dos de los aspectos que definen la obra cuentística de Schweblin: la tensión y el extrañamiento que generan en el lector. Uno año después de su publicación, la novela ganó el prestigioso premio Tigre Juan y su jurado dijo en ese momento sobre la obra ganadora que “lleva al extremo de la perfección dos técnicas literarias no siempre fáciles de armonizar y que son la tensión dramática y el estudio psicológico”.
¿De qué trata la novela?
De la maternidad: de hecho el título se refiere a una noción que Amanda, la protagonista y narradora de la historia, toma de su madre. Es “una distancia variable que me separa de mi hija […] un hilo invisible que nos une”. ¿Cuál es la distancia que nos permitirá el rescate de nuestros hijos? ¿Cuánto tardaríamos en salvarlos ante la amenaza de cualquier peligro?
De la denuncia social: el contexto político de la novela trata del problema de los agrotóxicos en el campo argentino. Según Drucaroff, la novela “se escribió y la leemos en tiempos en que alarma el aumento del cáncer y de niños deformes en las zonas cercanas a los cultivos de soja”. La propia autora reflexionó en una entrevista para la editorial Eterna Cadencia sobre la realidad del problema que denuncia y de la relación con la realidad de su país: “Todo lo horroroso y monstruoso que se cita en el libro no es ningún recurso fantástico, sucede ahora mismo, en nuestros soñados campos argentinos”.
De la infancia: los críticos afirman que la novela trata este tema desde una perspectiva gótica. El género literario nacido en el siglo XVIII en Inglaterra, que tuvo su gran auge en el XIX en Europa. Características: presenta emociones fuertes en los personajes, escenarios macabros, lúgubres y oscuros, hechos sobrenaturales o inexplicables, atmósferas extrañas y de misterio y, por supuesto, un secreto por desvelar. Así, los niños de esta novela se nos aparecen como una especie de monstruos.
De lo siniestro: en claro vínculo con el tema anterior. Lo siniestro -en la teoría psicoanalítica de Freud- es un elemento familiar reprimido que vuelve y provoca angustia, miedo y horror. Lo conocido provoca extrañamiento. Así, las infancias son monstruosas porque las madres no reconocen a sus propios hijos.
Hay otros temas que seguro que estáis descubriendo en vuestra lectura: el papel de la medicina alternativa ante la convencional, la homosexualidad, lo femenino, la muerte, … Es un libro que se va construyendo en la cabeza de los lectores, de manera sutil, con hilos transparentes: “La arquitectura narrativa se deja sostener por hilos apenas perceptibles: la sutileza metafórica, la ambigüedad que escamotea las afirmaciones argumentales, los deslizamientos que recorren imágenes y sensaciones de sueños, recuerdos y presagios como si fueran planos entremezclados que intentan descubrir “lo importante” de la historia.” (Sergio G. Coulatti, “El inquietante temblor de la inminencia”, Letralia, 23 de octubre de 2020).
¿Cuáles son los hilos que siguen vuestras lecturas?
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