“Nada de esto es importante. Estamos perdiendo el tiempo”
(Distancia de rescate)
Esta frase enigmática que repite David en diferentes momentos de la novela nos genera como lectores una sensación inusual, de extrañeza, un tanto ambigua. ¿Qué es, entonces lo importante? Sólo al final Amanda descubre lo que es verdaderamente importante y lo que nos hace desvelar el sentido de las palabras del niño.
Análisis de la novela
Podríamos dividir los contenidos de la obra en cinco partes en donde se va desocultando un contenido en el que la labor de los padres y de las madres en el cuidado de los hijos se muestra con una luz distinta. Para ilustrar lo que nos encontramos en esta más que una nouvelle, nada mejor que escuchar el diálogo entre Samanta Schweblin y Claudia Llosa, la directora encargada de adaptar la novela al cine:
Primera parte
La novela se inicia con el diálogo entre Amanda -protagonista del relato- y David, el hijo de Carla (vecina y amiga de Amanda). Al principio, sin embargo, no tenemos suficientes datos como para conocer la identidad de los intervinientes en el diálogo. David le pregunta a Amanda sobre “el punto exacto en el que nacen los gusanos” y descubrimos que ella se encuentra en la cama, en una habitación oscura en la que no ve nada. El cuerpo no le responde. Es a causa de los gusanos, le explica David. Es el momento de la rememoración del momento en que Carla y Amanda se conocen.
Asistimos en esta parte a la manifestación de todos los temas importantes de la novela: la definición de la distancia de rescate, diferentes ideas respecto a la maternidad, el triunfo de las medicinas alternativas sobre las tradicionales, algunos indicios sobre las causas de la intoxicación de David y cómo se describe una infancia monstruosa.
Segunda parte
En la sala de emergencias Amanda le pregunta a David dónde está Nina. David repite su frase: “eso no es importante”, aunque para ella “eso es lo único importante”. Sin embargo, David quiere que le cuente más cosas sobre la distancia de rescate. Ella le dice que varía con las circunstancias. David le dice que esa distancia es muy importante.
En esta parte se produce una reflexión sobre el significado de la distancia de rescate en el sentido de la maternidad sobreprotectora de Amanda y en su decisión de marcharse al campo. Sabemos que este concepto lo ha heredado de su madre y explica cómo se dan los cuidados en su familia. Pero, hay algo que nos inquieta: “Tarde o temprano algo malo va a suceder”.
Tercer parte
Amanda le cuenta a David cómo ha intentado escapar del pueblo desde la sala médica. Le cuenta cómo intenta disculparse con Carla por haberle gritado, pero David le urge a que se apresure en su relato. Además, le dice a Amanda que haber ido a saludar a Carla ha sido una muy mala idea.
En esta parte se cuenta el momento en que Nina y Amanda se intoxican y David pretende que Amanda descubra nuevos detalles sobre ese hecho. Le pregunta por la distancia de rescate y por las sensaciones de su cuerpo en ese momento. Aquí el vínculo temático recae en la maternidad y en los agrotóxicos. Se produce un cuestionamiento sobre los cuidados posibles frente a una amenaza invisible y sistemática. Esta es la amenaza contada desde el punto de vista periodístico:
Cuarta parte
En esta parte aparece de modo más concreto la insuficiencia de la medicina tradicional, los sentimientos de culpa de las madres y los efectos negativos que los agrotóxicos generan en el ambiente.
Ahora es cuando leemos la llegada de Amanda a la salita de emergencias desde donde se cuenta la historia. Ese es el fin de su trayectoria vital. Allí no hay médico de guardia y la enfermera no logra dar un buen diagnóstico para Amanda y Nina. El tratamiento es totalmente inadecuado. David le dice que “la enfermera es una mujer muy tonta”.
Quinta parte
David le dice a Amanda que la va a empujar: “Yo empujo a los patos, empujo al perro del señor Geser, a los caballos”. Amanda se pregunta por su grado de responsabilidad en lo que ha pasado, se cuestiona sobre si es una mala madre. Finalmente reconoce el momento de la intoxicación: en el césped, al lado de los bidones, frente a la granja de Sotomayor: “fue la distancia de rescate: no funcionó, no vi el peligro”.
El final arroja luz sobre la maternidad, los modos en que los padres se hacen cargo de los hijos y la distancia de rescate. Vemos algunos símbolos muy vinculados: los ojos, el hilo sisal. El relato se cierra con una revelación que nos incita a revisar el sentido de la historia además de producirse una modificación en el narrador.
“Extraño puede ser solamente la frase «eso no es importante» como toda respuesta. Pero si tu hijo nunca antes contestó de esa manera, la cuarta vez que le preguntás por qué no come, o si tiene frío, o lo mandás a la cama, y él responde, casi mordiendo las palabras, como si todavía estuviera aprendiendo a hablar, «eso no es importante», yo te juro Amanda que te tiemblan las piernas”
(Distancia de rescate)
¿Y a quién no, lectores?
Además no podíamos contar con
mamá desde hacía casi dos meses, y
eso también me preocupaba, porque
la que siempre estaba en todo era
mamá, y con ella las cosas salían
bien, hasta que dejó de preocuparse,
así nomás, de un día para el otro.
“Papá”, en Noel duerme en casa, de Samanta Schweblin
La narrativa de Samanta Schweblin puede definirse como femenina (incluso como feminista) por los mundos que abre desde el punto de vista de la mujer. Las diferentes situaciones que aborda, los personajes que crea, las vivencias que desarrolla, la voz narrativa, todos ellos son elementos que contribuyen a crear una imagen en la que la mujer es protagonista. Además, los aspectos y circunstancias de la vida familiar y social que aparecen en sus cuentos y novelas evidencian la importancia del rol femenino en la construcción de sus historias.
En Distancia de rescate asistimos a un proceso de creación y reconstrucción de la voz femenina, “desde sus palabras, sus preguntas, sus silencios, sus pausas, el miedo, el horror, la soledad y la angustia presentes en las relaciones de pareja, la maternidad, la vida conyugal y la familia” (CÁRDENAS SÁNCHEZ, Ninfa Stella y PARRA LONDOÑO, Jorge Iván, “Lo familiar y lo femenino en la narrativa de Samanta Schweblin”, en Cuadernos de Filosofía Latinoamericana ISSN: 0120-8462 | e-ISSN: 2500-5375 | DOI: https://doi.org/10.15332/25005375 Vol. 42 N.º 124 | enero-junio de 2021)
En la siguiente entrevista descubrimos cómo es el proceso de reconocimiento de la literatura femenina y la influencia que tuvo en la evolución de la escritura de Schweblin (a partir de 7’45’’):
Distancia de rescate ocurre en la cabeza de una mujer: una mujer que desde la cama de un hospital dialoga con David, el hijo de Carla, para entender lo que ha pasado durante sus vacaciones. La autora pone orden en el mundo “desde la mirada y la experiencia de lo femenino, a partir de las palabras de Amanda y Carla, que son esposas, madres, trabajadoras y que, frente al miedo y el dolor de la pérdida […], tratan de entender y explicar qué sucede” (CÁRDENAS y PARRA).
Es una novela donde la palabra de los hombres desaparece, no tienen voz, nada pueden decidir. Algo similar sucede en el libro de cuentos Pájaros en la boca. Los hombres no tienen la capacidad de ni siquiera intervenir en la decisión de sus hijos, como en el relato que da nombre al libro y que ha sido adaptado en este cortometraje:
En Distancia… hay una lucha que se da en el ámbito de las mujeres y de sus familias, de la sociedad con la que conviven y que les impone un deber, una forma de estar en el mundo y de comportarse, les dice cómo ser buenas madres. Sin embargo, ellas no pueden, no saben mantener esa distancia que asegura la salvación de los hijos. ¿Es necesario, entonces, romper con la idea de madre que las sociedades establecen? La novela de Schweblin propone que ya no se debe atender tanto al sacrificio, a la negación de sí mismas, a la resignación y sí al miedo, al dolor, a la frustración, a la posibilidad. Nina y Amanda son las encargadas de deconstruir el imaginario de las sociedades patriarcales. En ellas, las mujeres no son felices, sienten miedo, frustración, impotencia.
Ya no hay estereotipos e imaginarios de la idea de maternidad. Hay un reconocimiento a lo largo de la novela de que la maternidad no es fácil y que incluso puede llegar a ser angustiosa, terrible. Esta idea es explícita en el cuento “Conservas”:
La experiencia de la maternidad impone otro ritmo de vida, una nueva manera de mirar, un espacio incierto que como hemos escuchado en el cuento produce un temor, un miedo que puede ser el mismo que conduce a Carla en Distancia a huir, a dejar de luchar por lo que sentía seguro. Es una alejarse para ser sí misma.
¿Cómo analizáis esta experiencia de lo femenino y lo familiar en la lectura de Distancia de rescate?
El origen del proceso creativo de Distancia de rescate está en Berlín, cuando Samanta Schweblin inicia una residencia artística. En un principio, lo que surge del proceso de escritura es un cuento. Sin embargo, posteriormente descubre que tiene que transformar este relato en una novela corta. En 2014 para la publicación Infobae decía: “fue algo que surgió naturalmente, no es que me propuse escribir una novela, más bien estaba trabajando en un cuento que me estaba dando bastantes problemas porque no podía terminar de entender como podía contar una historia como esa y fue mi cabeza de cuentista la que tardó en entender que para contar esa historia como la quería contar necesitaba ciento treinta páginas más”.
La escritora nos cuenta el valor y la importancia del cuento en su apuesta narrativa:
En realidad, la aparición de esta nouvelle revelaba un proceso creativo que llevaba forjándose varios años antes. Para 2014, la escritora argentina ya tenía publicados dos libros de cuentos: El núcleo del disturbio y Pájaros en la boca. En estas obras aparecían dos de los aspectos que definen la obra cuentística de Schweblin: la tensión y el extrañamiento que generan en el lector. Uno año después de su publicación, la novela ganó el prestigioso premio Tigre Juan y su jurado dijo en ese momento sobre la obra ganadora que “lleva al extremo de la perfección dos técnicas literarias no siempre fáciles de armonizar y que son la tensión dramática y el estudio psicológico”.
¿De qué trata la novela?
De la maternidad: de hecho el título se refiere a una noción que Amanda, la protagonista y narradora de la historia, toma de su madre. Es “una distancia variable que me separa de mi hija […] un hilo invisible que nos une”. ¿Cuál es la distancia que nos permitirá el rescate de nuestros hijos? ¿Cuánto tardaríamos en salvarlos ante la amenaza de cualquier peligro?
De la denuncia social: el contexto político de la novela trata del problema de los agrotóxicos en el campo argentino. Según Drucaroff, la novela “se escribió y la leemos en tiempos en que alarma el aumento del cáncer y de niños deformes en las zonas cercanas a los cultivos de soja”. La propia autora reflexionó en una entrevista para la editorial Eterna Cadencia sobre la realidad del problema que denuncia y de la relación con la realidad de su país: “Todo lo horroroso y monstruoso que se cita en el libro no es ningún recurso fantástico, sucede ahora mismo, en nuestros soñados campos argentinos”.
De la infancia: los críticos afirman que la novela trata este tema desde una perspectiva gótica. El género literario nacido en el siglo XVIII en Inglaterra, que tuvo su gran auge en el XIX en Europa. Características: presenta emociones fuertes en los personajes, escenarios macabros, lúgubres y oscuros, hechos sobrenaturales o inexplicables, atmósferas extrañas y de misterio y, por supuesto, un secreto por desvelar. Así, los niños de esta novela se nos aparecen como una especie de monstruos.
De lo siniestro: en claro vínculo con el tema anterior. Lo siniestro -en la teoría psicoanalítica de Freud- es un elemento familiar reprimido que vuelve y provoca angustia, miedo y horror. Lo conocido provoca extrañamiento. Así, las infancias son monstruosas porque las madres no reconocen a sus propios hijos.
Hay otros temas que seguro que estáis descubriendo en vuestra lectura: el papel de la medicina alternativa ante la convencional, la homosexualidad, lo femenino, la muerte, … Es un libro que se va construyendo en la cabeza de los lectores, de manera sutil, con hilos transparentes: “La arquitectura narrativa se deja sostener por hilos apenas perceptibles: la sutileza metafórica, la ambigüedad que escamotea las afirmaciones argumentales, los deslizamientos que recorren imágenes y sensaciones de sueños, recuerdos y presagios como si fueran planos entremezclados que intentan descubrir “lo importante” de la historia.” (Sergio G. Coulatti, “El inquietante temblor de la inminencia”, Letralia, 23 de octubre de 2020).
¿Cuáles son los hilos que siguen vuestras lecturas?
Son como gusanos.
¿Qué tipo de gusanos?
Como gusanos, en todas partes.
El chico es el que habla, me dice las palabras al oído. Yo soy la que pregunta. ¿Gusanos en el cuerpo?
Sí, en el cuerpo.
¿Gusanos de tierra?
No, otro tipo de gusanos
Está oscuro y no puedo ver. Las sábanas son ásperas, se pliegan debajo de mi cuerpo. No me puedo mover, digo.
(Distancia de rescate, de Samanta Schweblin)
El inicio de esta nouvelle de Samanta Schweblin nos sumerge en un espacio de tensión y de densidad ambiental. Un narrador inexistente nos emplaza en un diálogo desconcertante y aparentemente amenazador. El lector se ve situado en el interior del relato, en una trama que se le impone y de la que no entiende muy bien hacia dónde se dirige. Sin embargo, ya desde esa primera escena anticipadora en la que aparecen las dos voces que, con papeles bien diferenciados, construirán una única escena se manifiesta un ambiente de terror que nos mantiene atrapados en cada una de sus páginas. La toma de palabra de cada uno de los personajes es tan importante como el espacio en el que se da, un lugar que adquiere un protagonismo inesperado a medida que vamos desvelando una realidad oculta, una existencia que nos acoge en un mundo de terror.
La autora nos cuenta qué nos vamos a encontrar:
“Que lo verdaderamente monstruoso es la naturaleza, la de afuera y la humana, es algo a lo que nos ha acostumbrado el terror clásico: el bosque y la selva funcionan como escondite de lo reprimido por la razón y los hijos son el comienzo de la extrañeza.” (“Los hijos tóxicos”, Carlos Pardo, El País, 7/3/2015)
Quizás estas palabras que Carlos Pardo le dedicó a la novela en su reseña para el periódico El País nos sitúen en el vínculo exacto que el relato de la escritora argentina tiene con el contenido de nuestro club de este año. Efectivamente, la naturaleza – otro ejemplo de la liternatura de la que nos hablaba en nuestra última lectura del ciclo el escritor Gabi Martínez- juega un papel que arrastra a los personajes de esta historia, un paisaje idílico que juega a desestabilizar al lector. “Dentro de esa clave improbable el lector participa de una historia que tiene mucho de alucinación: a partir de la conversación entre Amanda y David, un niño con inquietante voz de adulto, reconstruimos el momento en que […]”. En palabras de Pardo, Schweblin, impone “un estilo poético a fuerza de sustraer lo accesorio, la visibilidad de su escritura y la confianza en que el tema de un cuento se halla en la perspectiva desde la que se narra.”
Nada mejor para animaros a la lectura de este libro que dejaros las palabras de Sergio G. Colautti en su análisis del libro: “ No es un cuento en expansión, tampoco una novela que abrevia sus trayectos. No se parece a un relato que obedece formas transitadas ni a un texto teatral que despliega diálogos como andamios. No se deja presidir por una narración dominante ni escamotea sus sentidos en la opacidad de la conversación psicoanalítica. Pero algo de cada una de esas variables constructivas participa sutil e invisiblemente de Distancia de rescate para terminar conformando un género que no estaba, que no existía, que la escritura nueva y fresca de Samanta Schweblin acaba de proponer.” (“El inquietante temblor de la inminencia”, en Letralia. Tierra de letras, 23/10/2020).
Esperamos vuestros comentarios.
El pasado sábado 1 de junio, nos encontramos más de treinta lectores, en el segundo club de lectura 4 Lecturas 4 Continentes de este año, para hablar de literatura y naturaleza a partir de la última obra de Gabi Martínez, Delta, con la suerte de poder contar con el autor del libro.
Comenzamos descubriendo los comienzos del autor, como viajero que al hacer el interrail se dio cuenta de que le gustaría conocer los lugares desde la literatura, resignificar el paisaje, darle otro sentido, y no sólo desde las guías de viajes. Ahí empezó a escribir libros de viaje. Sólo marroquí es la primera piedra de todo, un viaje de Tánger a Asilah, y hacia el sur, que le permite experimentar, encontrar su propia voz. Un primer viaje que le puso en ruta. Sudd es un pantano de Egipto, un gran lago que bloquearon grandes barcos convirtiéndolo en un laberinto donde se pone de manifiesto las diferentes miserias de la condición humana en un mundo líquido. A partir de esa historia, Sudd es también un cómic que el autor escribe junto a Tyto Alba. Algunos de sus libros son sorprendentes, como Animales invisibles, donde nos habla de animales que no acostumbramos a ver como el picozapato en Uganda. Sólo para gigantes, es el libro en el que el autor se va a la búsqueda del Yeti, y acaba encontrándose luchando entre la vida y la muerte, una experiencia que le cambió la vida. A Voy llega desde la tranquilidad, después de la impresión que le había producido el libro Verano, de Coetze, donde cuatro mujeres cuentan al autor. Y desde esta tranquilidad cuenta el espacio y la mirada de los demás, un libro que bebe de todos los anteriores. A Ángel, nuestro moderador y gran indagador de este fantástico club transnacional, precisamente Delta le recuerda a Intemperie, de Jesús Carrasco, que también menciona a Coetze.
Gabi Martínez comenzó hablándonos de este género que él mismo bautizó como liternatura, un término que ya existía en ingles como nature writing, y que no tenía su correspondiente aceptación en español, en un país con 53 reservas de la biosfera declaradas por la UNESCO. La liternatura, para el autor, permite hablar de todo a través de la relación de flora y fauna con su ecosistema, abarcar otros campos, trascender lo literario, pero sobre todo, permite interesarse por el otro. Según el escritor ya existen escritores que comenzaron con este género como Delibes o Unamuno, Jack London o Wenceslao Fernández Flores. Y, actualmente, otras disciplinas también nos cuentan desde la naturaleza, como Yo canto y la montaña baila, el libro de Irene Solà, el escritor Vicente Luis Mora, o el cantante y compositor Rodrigo Cuevas; además de las premiadas películas Alcarrás y Verano 1983. La vanguardia, ahora mismo, nos habla desde los orígenes, de las raíces, de la tierra. Y es que para Gabi Martínez, hablar de la naturaleza es hablar de la amplitud, de buscar técnica y estética para conectar con tu tiempo, y sí, por supuesto, es vanguardia: «Nada es más vanguardista que aquello que recoge la memoria individual de cada uno». Este movimiento busca hacer de la periferia centro, y la liternatura busca crear red, y quizás poder cambiar algo también. Gabi se preguntaba si la apuesta era demasiado optimista.
Delta es época de escucha y cuidado, es un libro transgénero, es ficción, viajes, naturaleza, observación, información, investigación, verdad… donde la figura del padre del autor está muy presente, alguien que le enseñó a interesarse por el otro. Los lectores quisieron saber qué había pasado después, en una historia que parece no acabar nunca, a lo Falcon Crest, y se preguntaron también por la supuesta imparcialidad y la independencia narrativa del autor. Gabi respondió que la imparcialidad estaba presente, intentando visualizar todos los puntos de vista en un terreno de juego en el que no quería posicionarse, donde el arroz, por ejemplo, es un personaje más. Y referente a la independencia, nos comentaba cómo abordó el libro desde la literatura, sin querer entrar en ideologías, entender las posturas e intereses de todos los implicados, especialmente de aquellos que no piensan como nosotros, eso le interesaba especialmente. Para Gabi Martínez no tiene sentido que España, una península con dos archipiélagos, no se hable del agua por los intereses comerciales que hay detrás del asunto, por eso, escribir sobre el agua es introducirlo en el debate: «Hay que crear narrativas de eso de lo que queremos que se hable».
Otra pregunta fue a propósito de la categorización de la obra: ensayo, novela… a lo que el autor respondió que, en efecto, era un ensayo con tintes de ficción, pues los personajes no eran del todo reales, y porque no hay otra forma de entrar en ciertos personajes que a partir de la ficción. Además, nos contaba, un ensayo es probar, ensayar, jugar de nuevo… Fragmentación, fragmentos que abren, un humedal, un lugar de sedimentos, mar, ríos, mosquitos… empaparse de una atmósfera y mezclar todo como lo que allí pasa, una vez dentro, sale el Delta, un espacio impresionante. Un montón de elementos que conforman un todo acorde a una simbiosis que él, como escritor, siente que ha salido como quería: «Este libro es uno de los mejores momentos del escritor que yo soy».
Nos quedamos con ganas de asistir al proyecto Las caravanas, trashumancia artística con ovejas negras autóctonas y proyectos con calidad y alto nivel estético, al festival de Liternatura en Extremadura, Siberiana, al Festival de Onda, en Colombia, y a los paseos que ha sugerido el libro en el Delta del Ebro, para conocer a los personajes que allí aparecen.
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